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En un nivel macroeconómico la
exportación de bienes y servicios resulta positiva para la balanza comercial,
cuenta corriente y de pagos de cualquier país, es una fuente de demanda para
la producción doméstica de bienes y multiplica el producto y los ingresos de
la economía en general y de los agentes económicos participantes en particular.
En un nivel empresarial existen diversas razones (factores microeconómicos)
que explican por qué las exportaciones son siempre positivas:
Permiten diversificar riesgos frente a mercados internos inestables y amortiguar
los efectos de problemas macroeconómicos; promueven la operación con economías
a escala, de tal forma que se aprovechen mejor las instalaciones existentes
y se tenga un nivel de producción que implique menores costos unitarios; son
una fuente de crecimiento y consolidación de cualquier empresa si es que los
mercados internos son extremadamente competitivos; posibilitan obtener precios
más rentables debido a la mayor apreciación del producto y de los ingresos de
la población en los mercados a los cuales se exporta; alargan el ciclo de vida
de un producto; mejoran la programación de la producción; permiten equilibrarse
respecto a la entrada de nuevos competidores en el mercado interno y mejoran
la imagen en relación con proveedores, bancos y clientes.
La exportación no se circunscribe a un tamaño previamente determinado de empresa,
aunque pueden existir algunos bienes y servicios en los que se requiera de capitales
y la capacidad de coordinar recursos humanos en magnitudes importantes. Existen
empresas micro/artesanales, pequeñas, medianas y grandes que se dedican a la
exportación.
Los elementos prioritarios para poder exportar son: calidad del producto en
el mercado de destino, precio competitivo en ese mercado, volumen solicitado
por el importador y realizar el servicio posventa, cuando sea necesario. Para
lograrlo se requiere de un compromiso con la calidad, ser creativo y actuar
con profesionalidad.
La incursión en los mercados internacionales se realiza por tradición en mercados
más cercanos, de rápido crecimiento y similares culturalmente, donde la competencia
es menos agresiva que en los más grandes. En varios de los casos ésta se realiza
de manera casual según de los pedidos que se reciban. Sin embargo, como lo plantea
Minervini (1996) se debe iniciar con los mercados donde pueda adquirirse experiencia
a un menor costo.
La exportación es una actividad de mediano y largo plazos que exige una adecuada
planeación de los recursos; ésta, sin embargo, no existe cuando la empresa atraviesa
por un período de crisis. Se debe exportar cuando se tenga la capacidad de diseño,
programación, producción, comunicación, empaques, envíos, administración, entre
otras, conforme a los requerimientos del mercado internacional.
Los errores más comunes al momento de exportar son: falta de evaluación de la
capacidad de internacionalización, no considerar aspectos de las diferencias
culturales, falta de investigación acerca del mercado, selección errada del
socio comercial, falta de conocimiento de las barreras en los países importadores
y en el exportador; no efectuar la investigación, registro y monitoreo de la
marca, elaboración de contratos sin considerar la legislación y la práctica
del país extranjero, extrema diversificación de los mercados, falta de conocimiento
de las normas de defensa del consumidor, no contar con una estructura adecuada
para gerenciar la exportación y falta de presencia en el mercado.
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